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Descubriendo la 2ª ciudad más grande de Alemania. Hamburgo

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Hoy nuestro destino es Hamburgo, vamos a visitar la segunda ciudad más grande de Alemania. Después de un buen desayuno nos ponemos rumbo a la estación central de Bremen. Sabemos que hay un tren que sale a las 9:33 de la mañana y vamos a intentar cogerlo, dado que son las 9:10 y no sabemos si nos dará tiempo. Según llegamos a la estación vamos directos a la maquina a sacar nuestro ticket, tenemos claro que tenemos que sacar el  Niedersachsen Ticket que son los más baratos. La maquina está en 4 idiomas, alemán, inglés, francés y español así es que todo un lujo. El nombre del ticket Niedersachsen sale por pantalla y lo seleccionamos, y luego el destino, pero el precio que nos sale es de treinta y pico euros y en la oficina de turismo nos habían dicho mucho menos, así es que volvemos a empezar. La segunda vez atinamos con el precio, 27€ los 2 i/v y el billete nos vale también para el transporte en Hamburgo. Son las 9:30 y en 3 minutos sale el tren, miramos los paneles y vemos que sale en la vía 9, así que nos ponemos a correr como locos y conseguimos llegar.



Al cuarto de hora de haber subido al tren, aparece el revisor. No tenemos todas con nosotros de haberlo hecho bien, pero sí, lo único que nos faltaba era poner uno de nuestros nombres en el ticket, y eso hicimos. En apenas 1 hora  llegamos a Hamburgo y eso que creíamos que con este precio el trayecto era de 1 hora y media, así que estamos más que encantados porque nos ha salido todo rodado. Una vez en nuestro destino  nos dirigimos a la oficina de turismo a por un plano, aquí volvemos a verificar  que el billete de tren que hemos comprado nos vale para el transporte dentro de Hamburgo e incluso nos indican que también podemos coger el ferry Nº62 en los Docker´s, también nos indica que para llegar al centro sólo tenemos que coger la calle que tenemos frente por frente a la estación y todo recto y eso hacemos.

La calle frente a la estación está llena de comercios, es una calle peatonal que bien podría ser preciados o algo similar aunque mucho más pequeña. Al final de la calle vemos un italiano donde poder tomar un café y allí que vamos, a ver si hoy damos con el tamaño correcto. La prueba será pedir un capuchino y un Latte Macchiato tal como viene en la carta, y ¡bingo! El capuchino es un café con leche normal en su tazita y el otro es un tanque de café con leche ¡por fin hemos dado con un tamaño normal!, eso sí, los precios siguen siendo abusivos para un café, aunque tenemos que decir que están muy ricos. Después de habernos cargado de cafeína empezamos nuestro descubrimiento de Hamburgo.

Según vamos bajando nos encontramos a nuestra izquierda la iglesia de St. Jacobi, una de las 5 principales iglesias evangelistas de Hamburgo,  parece que se menciona por primera vez en un documento oficial en 1255 y aunque su nombre indique o parezca Jacobo, es la Iglesia de Santiago, ya que está situada en uno de los caminos de peregrinaje medieval, que conducían a Santiago de Compostela. Es una iglesia grande pero sencilla, sin dorados excesivos y tiene un encanto especial aunque no os sabríamos decir el qué. A la entrada encontramos un señor muy amable el cual nos dio una pequeña guía en español con la explicación de los orígenes de la iglesia y su estructura. Algo que os llamará la atención sin duda alguna según entréis son las mesas que os encontraréis en la nave lateral, donde parece ser que te puedes tomar un café. 


De aquí volvemos a la calle Mönckebergstraße y nos encontramos con St. Petri, San Pedro para nosotros, parece que fue construida a principios del siglo XI. Esta iglesia también es evangelista, y bueno, por fuera es más impresionante que por dentro, su torre llama mucho la atención, aunque cuando entras, pues bueno, no hay nada especial que destacar, tonalidades en blanco y madera, una iglesia muy simple.


Ya desde St. Petri se ve el Ayuntamiento de Hamburgo o Rathaus,  situado en el barrio de Altstadt en el centro de la ciudad. Este edificio  no os dejará impasibles, os lo aseguramos, es una auténtica maravilla de edificio, y la plaza en la que se encuentra invita a sentarse y disfrutar.



De aquí, nos dirigimos en busca de la iglesia de St. NiKolai, una de los cinco principales iglesias protestantes de Hamburgo. Hoy en día se encuentra en ruinas porque fue bombardeada en la segunda guerra mundial, pero sirve como monumento conmemorativo. Esta iglesia fue el edificio más alto del mundo de 1874 a 1876, y hoy en día es el segundo edificio más alto de Hamburgo. Cuándo llegamos pensamos que nos encontraríamos con la fachada de la torre pero ésta estaba totalmente cubierta de andamios, eso sí, ver los restos que quedan de la iglesia impacta. Aquí hay un museo y también se pueden subir en el ascensor que hay instalado en el interior de la torre, a una altura de 76 m. el precio del museo + subir a lo alto de la torre son de 5€, pero como nosotros no queremos perder mucho tiempo sólo sacamos el ticket para subir a lo alto de la torre que nos cuesta 2€ a cada uno. Y bueno, una vez arriba nos decepcionamos bastante, es verdad que es increíble como se ha mantenido esta torre con todo lo que ha sufrido, pero las “supuestas” vistas desde aquí son nulas dado que los andamios impiden que se pueda ver algo, por lo que no os podemos recomendar que subáis si dichos andamios siguen puestos porque no vais a ver nada, bueno sí, las gárgolas de la torre. 




Decepcionados por las NO vistas que NO hemos visto desde la torre de St. Nikolai, ponemos rumbo a St. Michaelis otra de las principales iglesias protestantes. De camino pasamos por uno de los muchos canales que tiene esta ciudad, parece ser que más que Venecia.

Llegamos a St. Michaelis, la entrada es gratuita y según entramos nos deja con la boca abierta. Nunca habíamos visto nada igual, es redonda, blanca y dorada combinada con madera, y hay que decir que la combinación de los elementos es exquisita. Aquí también se puede subir a la torre del campanario y contemplar las vistas de Hamburgo,  también podéis visitar la cripta en la cual se encuentran los restos de Carl Philipp Emanuel Bach. Como nos hemos quedado sin ver las vistas desde la torre de St. Nikolai decidimos subir a ésta. En teoría se puede subir andando o en ascensor, el ticket cuesta 5€, pues bien, compramos el ticket y cuál es nuestra sorpresa que el ascensor no funciona, pero no creáis que la mujer que nos ha vendido el ticket nos lo ha comentado, qué va, y encima nos cobran lo mismo, ¡indignante! Y decimos indignante porque lo es, la subida tiene narices, vamos, que una persona mayor esto no lo sube, hay varias plantas donde parar, pero con todo y con eso se hace agotador.


En la primera parada veréis a través de la ventana la famosa estatua de bronce de San Miguel Arcángel conquistando al diablo, también pasaréis por lo que parece un bar, y algunas salas en plan “museo”. Y al final del todo la terraza desde donde tendréis una pasada de vistas de Hamburgo. Subir hasta aquí, aunque ha sido agotador...¡¡ha merecido la pena!!.






Después de haber disfrutado de las vistas de la ciudad desde lo alto de la iglesia, nos dirigimos al puerto de Hamburgo  Hamburger Hafen.

Como aún no hemos comido y ya es la hora, mientras bajamos hacia el puerto vamos buscando un sitio donde poder comer salchichas, estamos de antojo. Pero no lo creeréis, llegamos a una calle llena de restaurantes y ni uno alemán. Lo que más nos llamó la atención es que casi todos eran Españoles, Portugueses e Italianos, y muchos  son combinación de Español-Portugués. Alucinante, una calle entera y no nos podemos comer una mísera salchicha, sólo tenemos opción a comer comida de otros países que por supuesto no lo vamos a hacer. Así que continuamos hacia el puerto y en un puesto callejero nos compramos unas estupendas salchichas por 2€ riquísimas, eso sí, tuvimos que comer en la calle con un frío de narices, pero mira, comimos rápido.

Una vez finalizada la comida nos dimos un paseo por el puerto. La verdad es que esto en verano tiene que ser genial para pasear y tomarse algo por aquí. Hay barcos que deben ser restaurantes y tiendas de merchandising. Aquí también podréis ver, igual que en París, esa costumbre de poner candados con los nombre de enamorados, de hecho si queréis hay tiendas donde los venden y os los graban con vuestros nombres,  y así dejaréis un recuerdo de vuestro paso por aquí.




Empieza a hacer bastante frío, y sobre todo porque estamos al lado del canal, a parte de que está oscureciendo y aquí ya poco más tenemos que hacer, así que vamos a ir retornando en dirección a la estación pero por un sitio distinto al que hemos venido para poder ver más cosas que nos quedan pendientes en esta mini visita. Subimos por la calle Helgoländer Alle que pasa por medio de un parque, según vamos subiendo vemos el monumento a Otto Von  Bismarck quien fuera el primer ministro del Reino de Prusia, y un poco más arriba a la izquierda vemos el Arcotel Onyx Hamburg, un edificio que seguramente os llamará la atención por su diseño, a nosotros nos recordó al edificio de Los bailarines en Praga, con líneas mucho más rectas pero nos daba un aire. 

Seguimos andando y nos metimos por barrios que nos parecieron deliciosos, para terminar en la Johannes-Branhms-Plaz. Desde aquí giramos a la derecha por Kaiser-Wilhelm-Straße y pocos metros después giramos a la izquierda por Große Bleichen, está calle nos lleva directos al lago Alster, más concretamente al Binnenalster con 18 hectáreas y situado en el interior de Hamburgo. Según llegamos nos viene un ligero recuerdo de Estocolmo, esta zona con el lago y los edificios al rededor dan un cierto parecido. En esta zona debido al lago hace muchísimo frío, y ya que ha oscurecido del todo y poco más vamos a poder ver, decidimos dirigirnos a la estación de tren que está aquí al lado para retornar a Bremen.





Una vez en Bremen y antes de irnos al apartamento a cenar, decidimos entrar en un bar cuya entrada hemos estado viendo estos días y nos ha llamado mucho la atención por fuera...Y cuando entramos nos la llama más aún, un ambiente auténtico Alemán. Nos tomamos una cervecita y a dormir que estamos rotos.

Aquí os dejamos el recorrido que hicimos en Hamburgo.


Bremen                                                                                                                              El último día

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